domingo, 8 de marzo de 2015

Las rocas


¿Podrías hacerte presente?

¿Podrías generar algo de bulla?
Eres como la base de una melodía. Siempre de fondo. Siempre sonando. 
Tú eres mi ruido. Y, sin embargo, eres silencio. No dices palabra. No haces nada. Esto no va contigo. 
Pero te has pegado a mi piel.
Mierda!! Te odio!! (No es verdad, solo que me da mucha pena que no me quieras). 
No entiendo por qué te tengo que padecer. 
¿Qué hay enfermo en mí para amar a la nada? 
¿Para esperar algo del vacío? ¿Qué hay roto en ti?
Te he pringado con mi ansia de amor. Y tú has escondido la cabeza bajo tierra. 
¿Ni la dignidad del adiós, del abrazo amistoso, del secreto compartido... me merezco?
Joder, esto apesta a sueños no cumplidos. De todas formas, ya se irá. Y llegarán las flores. Y el sol que me pondrá los pelos de punta y, al tiempo, me calmará. 
Menos mal que está llegando la primavera, que me quieren otros y otras. Que me acaricio las heridas. 
Menos mal que me roza el viento. 
Pero existen, siempre, las eternas rocas profundas. 
Menos mal que están ahí, bajo mis pies. 
Pensaba que ya no sentía nada. Y de repente me arrebato ante ti.