No necesito mucho más.
Ni siquiera grandes poemas para cantarlo.
Su caricia es concreta y real.
Recuerdo su olor al acercarme a él.
Me recubro de una feliz certidumbre.
Él me quiere.
Yo lo quiero a él.
Parece muy chico esto...
Pero he aquí la inmensidad de la vida.
Su rotunda energía. Su veracidad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario